La salida de San Pedro de Rozados se realiza por la avenida de los Comuneros, que enlaza con el camino a la localidad de Morille, situada a 4 kilómetros y donde está la iglesia del Salvador. El trayecto prosigue de manera similar a la etapa anterior: naturaleza y soledad, por inmensas dehesas en las que incluso hay algún tramo de bosque.
LEER MÁSSon 10 kilómetros hasta el siguiente núcleo con servicios, Miranda de Arzán, a la que habría que salir del Camino para acceder. Desde allí restan 9 kilómetros a Salamanca, que ya se ve desde el Alto de la Zorrera. El paisaje pierde atractivo, pero lo compensará la fantástica ciudad de final de etapa.
A Salamanca se accede cruzando el puente romano sobre el río Tormes, que lleva a la Catedral Nueva, a la plaza de Juan XXIII. Declarada Patrimonio de la Humanidad, es uno de los destinos turísticos predilectos de Castilla y León, debido a su espectacular conjunto monumental. Su punto central es la hermosa Plaza Mayor, lugar de encuentro para locales y turistas. De la zona vieja salmantina forma parte el edificio histórico de la Universidad, con su fachada plateresca. Levantado en el siglo XV, demuestra la íntima relación entre el desarrollo de la ciudad y la institución educativa, que en ese siglo llegó a ser de las más relevantes del mundo conocido. A día de hoy es la más antigua de España que continúa en activo.
Salamanca cuenta con dos catedrales: la Vieja, que es románica del siglo XII y cuenta con el cimborrio llamado “Torre del Gallo”; y la Nueva, del siglo XVI, con muestras de gótico y barroco. Otra construcción relevante es la Casa de las Conchas, denominada así porque en su fachada cuenta con 300 conchas de piedra en relieve. Se recomienda también la visita a La Clerecía, sede actual de la Universidad Pontificia; al puente romano edificado en el siglo I y darse un respiro en el Huerto de Calixto y Melibea, antes de tomarse unos vinos por los animados bares del casco histórico.
Consejos del Cartero
Qué ver y hacer en Salamanca
“Toda persona que llega a Salamanca busca la famosa rana de la fachada plateresca de la Universidad de Salamanca, que los estudiantes tienen que encontrar para aprobar.
Salamanca es ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad así que hay que hay que pasearla entera. Y para comer, el típico hornazo de Salamanca, que es como una empanada rellena de chorizo, jamón, lomo... también la carne de la vaca morucha, la ternera charra o la lenteja de la armuña”.