Última etapa de nuestro Camino Portugués de la Costa en tierras lusas. Esta quinta jornada nos llevará desde Viana do Castelo a Caminha, donde podremos pasar la noche o tomar el ferry que nos llevará directamente a A Guarda, entrada de esta Ruta Jacobea en Galicia.
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Esta etapa cuenta con dos
variantes: la “oficial”, que discurre por el interior, o bien recorrer las
sucesivas playas. Vila Praia de Âncora será el punto de unión de ambas. Tanto
la dificultad como la distancia son similares con ambas opciones. La única
diferencia está en que el camino “de interior” está señalizado con flechas
amarillas y la alternativa costera, no. De todas formas, no tiene pérdida. Todo
dependerá de nuestras preferencias.
Viana do Castelo – Vila Praia de Âncora por la costa. Si optamos
por recorrer este primer tramo junto al mar, el Camino hasta Vila Praia de Âncora
lo haremos atravesando los largos arenales de la zona.
Desde Viana solo hay que
tomar la Avenida do Atlântico y dirigirse a la playa Norte.
A partir de aquí serán unos 18
kilómetros, aproximadamente, que transcurrirán a lo largo del GR-1 y la Ecovía
Litoral Norte, alternando tramos pavimentados con pasarelas de madera.
La
entrada a Vila Praia de Âncora podemos realizarla directamente por la playa,
pisando arena, o el arcén de la carretera N-13. Si optáis por este último
tramo, os pedimos que extreméis precauciones.
Viana do Castelo – Vila Praia de Âncora por interior. El trazado
“oficial” del Camino Portugués de la costa lo encontraremos señalizado con las
tradicionales flechas amarillas. Salimos de Viana do Castelo y rodeamos el
monte de Santa Luzía en un tramo urbano de unos 5km que nos llevará a pasar
bajo las vía del tren y caminar por un paso inferior de la Avenida 25 de abril,
circunvalación de la ciudad.
Desde Areosa seguimos en dirección a Carreço,
un tramo en el que combina bosques de pinos, asfalto y caminos empedrados que,
en algún momento, nos dejará estupendas vistas sobre el litoral. Poco después
de superar la iglesia de Carreço nos internamos en un tramo boscoso hasta Afife.
El convento de Sao Joao de
Cabanas bien merece una parada.
El antiguo convento benedictino se encuentra en
un paraje idílico, rodeado de un frondoso bosque y acompañado de un pequeño
riachuelo, perfecto para tomarse un respiro.
Un sendero salpicado de cruceiros
nos llevará hasta la aldea de Barreiros. Tras cruzar la carretera N-305 y
superar la N-13 gracias a un paso elevado llegamos a Vila Praia de Âncora.
Tras estos primeros 18 kilómetros de etapa,
Âncora se presta a tomarnos un descanso. La localidad cuenta con numerosos
servicios de restauración y una kilométrica playa que invita a contemplar el
mar o tomarse un baño.
Desde el fuerte da Lagarteira de
Vila Praia de Âncora, el Camino Portugués de la Costa se vuelve a unificar
hasta llegar a Caminha, a escasos 10 kilómetros.
Seguimos el litoral y cruzamos
por un paso inferior bajo la vía del tren para entrar en la localidad de Moledo.
A partir de aquí, una carretera
secundaria paralela a las vías del tren nos llevarán directamente hasta
Caminha.
Una vez aquí, podemos elegir entre quedarnos a pasar la noche y
recorrer las encantadoras calles de esta localidad portuguesa o continuar
nuestro Camino hasta A Guarda. Debemos tener en cuenta que, tras el recorrido
en barco, nos quedan aún unos 3,5 kilómetros a pie hasta llegar al centro de A
Guarda.
¿Qué ver y hacer en Caminha? Si nos decidimos a pasar la noche en
Caminha podremos disfrutar de su bello casco histórico. En él destaca la plaza
del Ayuntamiento, siempre animada y llena de terrazas, con su chafariz de
origen renacentista colocado en el centro.
En la misma plaza podremos
admirar la Torre del Reloj, que da acceso al barrio histórico y medieval, y la
iglesia de la Misericórdia.
En el interior del casco histórico encontramos la
iglesia Matriz, de estilo gótico, y parte de la muralla que rodea Caminha. Al
lado del templo se encuentra una rampa para subir a la muralla, desde la que
contemplar hermosa vistas del Miño con Santa Tegra al fondo.
No os podéis ir de Caminha sin
disfrutar de su gastronomía y daros un último homenaje con la excelente
gastronomía portuguesa.
Caminha – A Guarda. En Caminha, al peregrino le espera una nueva
aventura. Para hacer el trayecto Caminha - A Guarda, primer pueblo del Camino
Portugués de la Costa, el peregrino deberá tomar el ferry. El trayecto dura
unos 23 minutos en el que poder disfrutar de la belleza de la desembocadura del
río Miño, la frontera natural que separa Portugal de España.
Al llegar a Caminha es necesario
consultar el horario de los ferrys, ya que varían según el estado de la marea.
Si queremos y es posible continuar, tras hacer el recorrido en barco nos quedan
unos 3,5 kilómetros hasta A Guarda. En el puerto de Camposancos seguimos las
flechas amarillas y rodeamos el monte de Santa Tegra.
Tras la subida llegamos a la
carretera de Camposancos y seguiremos un trayecto que combina zona urbana y
caminos de tierra que nos llevarán hasta la entrada de A Guarda.
¿Qué ver y hacer en A Guarda? A pesar de que la etapa ha sido larga,
merece la pena visitar A Guarda antes de partir hacia Oia. Aprovecha que la
siguiente etapa es más corta, alrededor de unos 16 kilómetros, para hacer un
esfuerzo el día de llegada o retrasar la salida y conocer A Guarda.
Sin duda, uno de los mayores
atractivos de esta localidad gallega es el monte Santa Tegra. Se trata del
poblado celta más visitado de Galicia, que data del siglo I a.C. al siglo I d.C.
Además de admirar los castros y
petroglifos, Santa Tegra ofrece unas panorámicas únicas de A Guarda y de la
desembocadura del río Miño.
Aquellos peregrinos que decidan
renunciar a esta excursión tendrán oferta de sobra en A Guarda.
Os recomendamos
realizar un paseo por la Praza do Reló y el Castillo de Santa Cruz, antigua
fortaleza sobre el río Miño, así como por su fachada marítima, en la que llaman
la atención sus coloridas casas.
Tampoco te puedes ir de A Guarda
sin visitar su puerto y probar su alimento estrella: la langosta.