La sexta y última etapa, que une Padrón con Santiago de Compostela, será la más larga de nuestro Camino Portugués iniciado en Tui. Será el tramo menos rural de los seis, con buena parte del itinerario discurriendo por asfalto y zonas urbanizables. Como el resto del Camino Portugués a su paso por Galicia, la etapa será llevadera con un pequeño ascenso que podemos destacar antes de llegar a O Milladoiro. Cualquier esfuerzo merece la pena por llegar a la plaza del Obradoiro y, por fin, abrazar al Apóstol Santiago.
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Esta etapa Padrón-Compostela la empezamos ante la iglesia de Santiago.
Nos adentramos en el casco histórico hacia la Rúa Murgadán, donde dejaremos a
mano derecha la oficina de Correos. Podemos aprovechar para poner nuestro
primer sello del día con el matasellos especial del Camino Portugués que
Correos ha diseñado para los peregrinos que hagan esta Ruta. Al final de la
calle tomamos a la derecha por la Rúa Corredoira da Barca y, posteriormente, la
calle Dolores que, tras cruzar el río, nos llevará directamente hasta Iria Flavia. Esta parroquia fue sede
episcopal hasta que se descubrieron los restos del Apóstol, momento en que se trasladó
a Santiago de Compostela. Si el día anterior no tuvimos tiempo, podemos
detenernos en la colegiata de Santa María de Adina y su hermoso cementerio, en
el que está enterrado el Nobel Camilo José Cela bajo la sombra de olivo.
Frente a la colegiata se encuentra la Fundación Camilo José Cela,
constituida en 1986 por el propio Premio Nobel con el objetivo de guardar todos
sus manuscritos, libros y documentos personales, además de sus cuadros y obras
artísticas. La Fundación ocupa las Casas de los Canónigos, construidas en 1790
para residencia de los eclesiásticos que atendían los servicios religiosos de
la colegiata hasta su supresión y conversión en parroquia en 1851. La entrada
general es de 2,40 euros y el horario es de martes a sábado de 10:00 a 14:00 y
de 16:00 a 19:00 de septiembre a junio. En los meses de verano el horario de
cierre se prolonga hasta las 20:00 horas.
Tras pasar Iria Flavia continuamos
por el arcén de la carretera hasta atravesar un túnel del tren. Regresamos una
vez más a la N-550 y la cruzamos con mucha precaución tras pulsar el botón del
semáforo para que se ponga en verde para los peatones. Hay alguna cafetería que
abre a las 6 de la mañana, por si algún peregrino salió muy pronto y no
encontró lugar en Padrón para desayunar. Recorremos toda una serie de núcleos
rurales salpicados de viviendas, siempre paralelos a la carretera nacional. De
entre todos destaca la parroquia de Santa María de Cruces, en la que el
peregrino podrá admirar varios hórreos y construcciones populares.
Volvemos a la N-550 y nos encontramos con el Santuario barroco da
Escravitude, de los siglos XVIII y XIX. Cuenta la leyenda que su
construcción fue posible gracias a la generosa donación de un campesino que se
dirigía a Santiago y al beber en la fuente curó de su enfermedad. Aquí también
encontraremos bares, un estanco y una pequeña tienda para el que necesite
comprar algo de comer o beber. Junto al santuario se encuentra también la
iglesia de Santa María de Cruces, de origen románico.
Seguimos nuestro Camino muy
atentos a las flechas amarillas, ya que hay continuos cambios de dirección.
Hasta llegar a A Picaraña, la zona
más problemática será un paso a nivel sin barrera que debemos atravesar con
suma precaución. Un bonito tramo bajo frondosas parras nos llevará hasta A
Picaraña, donde volvemos a salir a la N-550, donde nos encontraremos más bares,
restaurantes e incluso albergues y hoteles. Seguimos por el arcén de la
nacional unos 800 metros para luego
desviarnos a la izquierda hacia O Faramello, entre los ayuntamientos de
Rois y Teo. El peregrino puede tomar un desvío que, a 150 metros, lo llevarán
al Albergue Público de Teo. Es una buena opción para aquellos que decidieron
prolongar la anterior etapa y no dormir en Padrón o los que vayan muy justos de
fuerzas. Santiago nos aguarda aún a unos 13 kilómetros.
Muy cerquita se encuentra el Pazo
de Faramello, edificio de comienzos del siglo XVIII de estilo barroco
compostelano civil. Emblema galaico, inspirador de escritores como Rosalía de
Castro o Pardo Bazán, el Pazo del Faramello descansa bajo los pies del
legendario castro celta de la Reina Lupa. Tanto el Pazo como sus esplendorosos
jardines es posible visitarlos todos los días a las 12:00 y a las 17:00 horas
con cita previa. La entrada cuesta 10 euros y además de una explicación de
todas las instalaciones, el visitante recibirá una copa de vino que se produce
en el propio pazo.
Desde O Faramello tomamos la
pista que nos lleva a la aldea de Francos, con su iglesia y su cruceiro,
catalogado como uno de los más antiguos de Galicia. En la Carballeira de
Francos se celebra cada mes de noviembre la Feria de San Martiño desde el siglo
XVI. Es tradición de toda la comarca acudir a la zona y disfrutar de un día de
feria y comer un buen pulpo. Dejamos Francos atrás para iniciar una nueva
subida que nos lleva hasta Osebe, donde tendremos que cruzar las vías del tren
hasta llegar a la carretera CP-0205. Nos dirigimos ya hacia O Milladoiro por
pistas de asfalto, cruzamos el puente sobre el río Tinto y caminos de tierra y
arbolado entre casas.
El trazado nos obliga a
dirigirnos a la rotonda que enlaza la N-550 y la CP-0206 para tomar la pista
que nos lleva hasta la capilla de Santa María Magdalena de O Milladoiro, en el ayuntamiento de Ames. Si estamos cansados, es
un buen momento para hacer un descanso, ya que el peregrino podrá encontrar
todo tipo de servicios: farmacia, supermercado, bares, restaurantes…
Tras Milladoiro ascendemos a Agro dos Monteiros, la cota más alta del
Camino Portugués en Galicia, a 262 metros. Desde aquí obtendremos las primeras
vistas de las torres de Catedral e intuiremos, por fin, el final de nuestro
Camino: Santiago de Compostela. Iniciamos el descenso hasta Rocha Vella, donde
nos encontraremos una bifurcación
señalizada con dos mojones: si tomamos el de la izquierda entraremos en
Santiago por la parroquia de Santa Marta. Así, la Ruta transcurrirá por la
rúa da Cantaleta y Amanecida para seguir por A Choupana y Santa Marta. Aunque
más corta, esta Ruta sigue el trazado de la carretera y los núcleos poblaciones
que rodean al Hospital Clínico.
Si optamos por el de la derecha, llegaremos al barrio de Conxo. Este último trazado es un poco más largo pero
merece la pena, ya que nos evita un mayor trazado urbano. Así, tras cruzar la
vía del tren nos dirigiremos hasta Ponte Vella y cruzaremos el río Sar para
entrar ya en el barrio de Conxo, cuya meta es el monasterio y la iglesia de
Santa María, del siglo XVII. La tradición cuenta que fue fundando por la señora
Rusuida para dar sepultura a su marido, asesinado cuando hacía el Camino de
Santiago, aunque los documentos históricos atribuyen su construcción al
arzobispo Xelmírez con el objetivo de albergar una comunidad de monjas.
La entrada en Santiago se hace
por la zona nueva, donde las flechas amarillas brillan por su ausencia. Desde
la iglesia de Conxo, el peregrino deberá tomar las calles Sánchez Freire,
García Prieto y la avenida de Vilagarcía de Arousa (siempre de frente) hasta
llegar a la Avenida Rosalía de Castro.
Así se juntan las dos entradas del Camino Portugués en Santiago, siguiendo
nuestro itinerario hasta la Alameda. Subimos las escaleras que llevan a la
iglesia del Pilar y pasamos por delante de la escultura de Las Dos Marías, una de las más queridas por los
compostelanos. La estatua es obra de César Lombera y representa a las hermanas
Maruxa y Coralia, represaliadas durante el Franquismo.
Iniciamos ya la recta final
cruzando a Porta Faxeira, uno de los
siete puntos de entrada de la muralla medieval de Santiago. La Rúa do Franco, con sus restaurantes y
tiendas de recuerdos, reciben ya al peregrino en su Camino a la plaza del
Obradoiro. A apenas 2 minutos de llegar a nuestro destino, en el número 4
de la Rúa do Franco, haremos nuestro
último alto en el Camino para entrar en la oficina de Correos y poner el último
sello que acredite nuestra peregrinación a Santiago. Y con la Credencial
completa dirigimos nuestros pasos hacia el
Obradoiro, donde alzaremos la vista para contemplar la Catedral de Santiago.
Consejos del Cartero
Qué ver y hacer en Milladoiro
"En Milladoiro, al lado del Camino y justo al entrar en el núcleo urbano, se puede ver la Capilla de la Magdalena, enclave de piedra rodeado de una pequeña arboleda con bancos. De junio a septiembre está abierta de martes a domingos todas las mañanas.
Muchos peregrinos hacen aquí una parada y aprovechan también para sellar su credencial y para hacer un descanso y tomar un refrigerio antes de divisar por fin las torres de la Catedral”.