El peregrino afronta el quinto día del Camino Portugués con una etapa cómoda que en menos de 20 kilómetros lo situarán en Padrón: el lugar donde, según cuenta la leyenda jacobea, desembarcaron los discípulos del Apóstol Santiago con su cuerpo. La etapa discurrirá por entornos rurales y pequeños núcleos de población dispersos y atravesará los municipios de Caldas, Valga, Pontecesures y, finalmente, Padrón, ya en la provincia de A Coruña.
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Abandonamos Caldas de Reis y sus beneficiosas aguas termales por la rúa
San Roque hasta llegar a la capilla del mismo nombre, patrón la localidad.
Salimos a la siempre presente N-550 pero inmediatamente tomamos una pista que
nace a la derecha, que discurre sobre una antigua calzada romana. Un entorno
rural acompaña al caminante entre campos y viñedos hasta pasar por el viaducto
de la variante de Caldas.
Aquí comienza, quizás, uno de los
tramos más hermosos de la etapa de hoy, atravesando
unos 2 kilómetros aproximadamente de una hermosa zona boscosa, primero de pinos
y eucaliptos para después convertirse en una frondosa carballeira. El trayecto comienza una inapreciable subida hasta
la parroquia de Santa Mariña de Carracedo, en donde nos reencontramos con la
carretera y encontramos un bar en el que se puede tomar un café o desayunar
para el que todavía no lo haya hecho.
En este punto hay que cruzar la
carretera para dirigirnos a la iglesia de Santa Mariña, junto a la que también
encontramos un lavadero y un merendero con zona de descanso. Justo entonces
llevaremos algo más de 5 kilómetros recorridos. Tras una pequeña subida y un
leve descenso que discurre por pistas salpicas de alguna que otra vivienda, la
carretera nacional vuelve a aparecer ante nuestros ojos a la altura de
Casalderique. Una vez más tendremos que cruzar la N-550, así que mucho ojo, ya
que no es buen sitio para atravesar la calzada. En este punto (mojón 34,584 km)
se encuentra un área de descanso con máquinas de vending y bancos y entramos en
el ayuntamiento de Valga. A partir de aquí, tomamos una pista que avanza en
paralelo a la AP-9 hasta el lugar de O Pino, donde además de un bar contamos
con un desvío hacia el albergue de peregrinos de la Xunta de Galicia.
Un poco más adelante giramos a la
derecha que nos adentra en el monte
Albor y el río Valga hasta llegar a San Miguel de Valga, núcleo poblacional
en el que sobresale la iglesia parroquial del siglo XVIII. Aquí podemos hacer
un descanso en el bar/autoservicio y hacer avituallamiento. A partir de aquí,
el Camino discurrirá entre pequeñas aldeas de casas dispersas y zonas de pinos
y eucaliptos que nos dan la bienvenida
al ayuntamiento de Pontecesures. Al llegar a la parroquia de Infesta
tendremos que cruzar la carretera con mucha precaución para después seguir por
nuevas pistas rurales que nos llevan
directamente al Albergue de Peregrinos de Pontecesures y la iglesia de San
Julián, capilla románica hecha construir por el Obispo Xelmírez en 1116.
Destaca su torre-campanario y los 12 canecillos románicos. A escasos metros
encontramos el Cruceiro de San Lázaro (s.XIV) y un lavadero, elementos que
formaban parte del conjunto de una leprosería de la Obra Pía de San Lázaro.
A unos 100 metros de la iglesia
de San Julián encontramos a la derecha el
desvío al albergue del Convento de Herbón, que se encuentra a unos 2,5
kilómetros. El albergue, gestionado por la Asociación Galega de Amigos do
Camiño de Santiago, está en el monasterio franciscano famoso por ser el lugar
donde nacieron sus aclamados pimientos.
Nosotros continuamos nuestro Camino a mano izquierda y, tras salvar un
paso a nivel, nos disponemos a cruzar el río Ulla. Antes de salvar sus
aguas, el peregrino se encontrará con un fito xacobeo (hito jacobeo) o poste de
piedra que sirve para indicar la dirección o las distancias. Este representa al
Apóstol Santiago como peregrino y fue realizado por ‘O Pequeño’, un cantero de
Calo. La escultura se completa con un Vía Crucis que señala la Ruta Jacobea del
Mar de Arousa y el Río Ulla, rememorando la llegada por mar de los restos del
Apóstol en el año 44 desde Jerusalén. Todos los años, el domingo anterior al 25
de julio se celebra una romería o peregrinación siguiendo esta ruta marítima
que conecta O Grove con Padrón.
Tras cruzar el puente dejamos la
provincia de Pontevedra para entrar en la de A Coruña. Dos kilómetros nos
quedan para llegar al Albergue Municipal de Padrón y concluir, así, nuestra
quinta etapa del Camino Portugués. Tomando
la calle Pombal de Abaixo llegamos hasta el río Sar, el mismo por el que
llegaron los discípulos del Apóstol Santiago a Padrón. Una gran recta nos
llevará hasta el paseo del Espolón de Padrón, centro neurálgico del pueblo.
Tras ser recibidos por los bustos del Nobel de Literatura, Camilo José Cela, y
una de las escritoras gallegas más universales, Rosalía de Castro, el peregrino
debe dirigir sus pasos al final del paseo donde le aguarda la iglesia de
Santiago.
Del original templo románico
apenas queda nada. La actual iglesia de
Santiago de Padrón es de mediados del siglo XIX pero bajo su altar encontramos
uno de los símbolos jacobeos por excelencia: el pedrón. Se trata de un ara
romana de piedra que, según cuenta la tradición, sirvió para amarrar la barca
en la que llegó el cuerpo del Apóstol.
En la iglesia de Santiago el peregrino también podrá poner el sello en
su Credencial que demuestre su recorrido de casi 20 kilómetros.
Además de la Traslatio (traslado
de los restos del Apóstol desde Jerusalén a Santiago), el peregrino podrá
descubrir en Padrón otras leyendas
jacobeas como la de la Reina Lupa. Según la tradición, la reina Lupa era
una poderosa dama pagana señora de las tierras donde se encuentra la actual
Santiago de Compostela y todo su entorno. Tal y como aparece reflejado en el Códice Calixtino, Lupa reinaría en el
momento en el que los discípulos del Apóstol Santiago arribaron en Padrón y a
ella solicitaron permiso para enterrar sus restos. Lupa intenta al principio
engañar a los discípulos del Apóstol con varias estratagemas pero, finalmente,
acaba convertida al cristianismo tras observar que los discípulos de Santiago
superan de forma sorprendente todas las adversidades.
Con tantos kilómetros acumulados
en nuestras piernas y un poco más sabios es buen momento para disfrutar de la gastronomía local. Padrón es mundialmente
conocido por sus pimientos. Si es temporada, no dudéis en probarlos, aunque
ya sabéis: os pementos de Padrón, uns pican e outros non (Los pimientos de
Padrón, unos pican y otros, no). También son muy famosas sus pulperías. Las más
famosas se encuentran en la Praza das Traviesas y en la Praza de Macías.
Si nuestro destino es el Albergue
de Peregrinos tan solo tenemos que cruzar el río y subir la costanilla del
Carmen hasta el convento del mismo nombre. A sus pies encontramos la Fuente del
Carmen, en la que se encuentra una figura del Apóstol. Datada en 1577, su
iconografía representa el bautizo de la Reina Lupa por Santiago y la Traslatio.
Tras tomarnos un descanso podemos
aprovechar la tarde para acercarnos hasta la parroquia de Iria Flavia, situada a 1 kilómetro de Padrón. Además de su hermosa
colegiata, que fue la primera catedral gallega, podemos visitar la Fundación
Camilo José Cela, que recoge el extenso legado del Premio Nobel gallego, y
acercarse a su tumba en el coqueto cementerio de Adina. Otra propuesta
literaria es acercarse hasta la Casa
Museo Rosalía de Castro, la vivienda en la que la célebre escritora pasó
sus últimos años.
Si el peregrino llega un domingo debe saber que Padrón celebra uno
de los mercados más importantes de la provincia. Alrededor de la Plaza de
Abastos y en el Paseo del Espolón, podremos encontrar todo tipo de productos
locales repartidos en unos 600 puestos.
Consejos del Cartero
Qué ver y hacer en Padrón
"En Padrón se celebra todos los domingos el mercado más grande de Galicia al aire libre. Es visitado por miles de personas y nos permite conocer, comprar y saborear los mejores productos cultivados en nuestra comarca.
A orillas del Sar, cruzando el Puente Santiago, se puede visitar la fuente del Carmen, del siglo XVI, y detrás de la fuente se ve ya el Monasterio Carmelita, el Convento del Carmen, construido sobre roca viva. Desde allí se tiene una bonita panorámica.
Para los amantes de la botánica, junto a la carretera N550 tenemos el Jardín Botánico-Artístico, declarado monumento artístico nacional, que tiene contabilizadas 300 especies vegetales de todo el mundo".