La cuarta etapa de este Camino Portugués nos llevará desde Balugães a Ponte de Lima. Partimos del Santuario da Nossa Senhora da Aparecida y comenzamos la Ruta siguiendo las flechas amarillas que nos llevarán entre paisajes rurales.
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Nuestro siguiente hito en el Camino será Vitorino dos Piães, a unos 7 km. Vale la pena detenerse a admirar otra construcción románica de la Ruta: la iglesia de Sao Martinho. Desde Vitorino dos Piaes emprendemos la recta final de la etapa. Unos 12 kilómetros que nos llevarán directamente hasta Ponte de Lima.
Unos 3km antes de llegar a su casco histórico, podremos descansar junto a la hermosa capilla de Nosa Senhora das Neves. Al llegar a Ponte de Lima podemos elegir entre hospedarnos en alguno de los muchos alojamientos que ofrece la ciudad o cruzar su gran puente romano y quedarnos en el hermoso albergue municipal. Cuenta con 60 plazas y está abierto durante todo el año. El precio es de unos 5 euros.
¿Qué ver y hacer en Ponte de Lima? Además de disfrutar de su gastronomía y del famoso vinho verde, Ponte de Lima ofrece numerosos atractivos tras una larga jornada en el Camino. Por supuesto no podéis dejar de cruzar su famoso puente, construido en el siglo V. De este puente primigenio quedan hoy en día solo 5 arcos. En el siglo XIV fue restaurado, conservando sus 380 metros de longitud hasta hoy.
El bonito casco histórico tiene algunos imprescindibles como la iglesia matriz, la Torre da Cadeia Velha (antigua cárcel) o la popular escultura ‘Vaca das cordas’. Un lugar especialmente relajante e incluso espiritual es la Avenida dos Plátanos, un paseo peatonal protegida por plátanos centenarios y en cuyo final encontramos la iglesia de Nossa Senhora de Guia.
Al otro lado del puente, tenemos la iglesia de Santo Antonio da Torre Velha y la Capela do Anjo da Guarda, donde se abre el hermoso Parque do Arnado. Y, por supuesto, el monumento al peregrino que desea a todo el que llega Bom Caminho!
Aunque si hay algo que caracteriza a Ponte de Lima son las estatuas del general romano Décimo Juno Bruto y su tropa separados por el río Lima. Y aquí viene la leyenda que recuerda el pasado romano de esta ciudad.
Leyenda del río Lethes o río del Olvido. Cuenta la leyenda que los romanos no se atrevían a atravesarlo porque confundieron su nombre, río Lethes, con el Lete, el río del olvido de Hades y el miedo a perder la memoria, dificultaba las campañas militares. Hasta que el general romano Décimo Juno Bruto, quién dirigía la conquista en Galicia y norte de Portugal, decidió romper el mito.
Lo cruzó y una vez en la otra orilla llamó por el nombre a cada uno de sus soldados, que atónitos no dudaron en seguirle. La Festa do Esquecemento (Fiesta del Olvido) sigue celebrándose cada 20 de agosto, batallas entre romanos y celtas, mercado, desfile de tropas y recreación de las tropas de Bruto cruzando el puente.
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