A punto de llegar a la meta y culminar la experiencia, la última etapa del Camino Francés se inicia en Pedrouzo (O Pino) hacia Santo Antón, por un trayecto de monte en ascenso que lleva hacia A Lavacolla. Este punto, a 9’5 kilómetros del inicio de jornada, supone la entrada en Santiago de Compostela y desde él se parte hacia el conocido Monte do Gozo, reconvertido durante el Xacobeo 93 en una zona para peregrinos. Desde aquí parten los que han elegido pasar aquí la noche.
LEER MÁSEn el Monte del Gozo se puede tener una fabulosa vista de la ciudad, con las torres de la Catedral elevándose sobre el casco monumental. De hecho, de ahí viene su nombre, del “Gozo” que tenía el peregrino cuando al fin avistaba Santiago. Para ello hay que desviarse unos metros a un lado del Camino a un mirador en el que hay dos figuras de dos peregrinos observando Santiago de Compostela.
El trayecto que resta a continuación es urbano y atraviesa los barrios de San Lázaro y San Pedro, que finaliza en la conocida como Porta do Camiño.
Adentrándose en la zona vieja compostelana, a escasos minutos la Plaza de Cervantes lleva hacia la Catedral por la puerta de la Acibechería (nombre que recibe por ser la zona donde estaban los maestros que trabajaban el azabache, piedra típica de Santiago), por donde se accede si no es año Santo. En caso de serlo, estará abierta la Puerta Santa, en la Praza da Quintana*. Esperando por supuesto al Peregrino, está la emblemática Praza do Obradoiro, en la fachada del templo compostelano, con el Hostal dos Reis Católicos, el de la Universidad y el edificio del Ayuntamiento.
*Es necesario saber que no se puede acceder a la Catedral con mochilas, que deben ser depositadas en consigna. Correos ofrece sus instalaciones para ello, a 200 metros del propio templo, en la Rúa do Franco.
Consulta aquí las 10 cosas que hacer en Santiago.
Consejos del Cartero
Qué ver y hacer en Santiago de Compostela
“En Santiago, además de la Catedral y el resto de plazas y monumentos que se pueden consultar en las guías, recomiendo visitar la Alameda, con árboles centenarios, estatuas de gallegos ilustres, fuentes y unas muy buenas vistas de la zona vieja.
De hecho, uno de sus árboles, un tipo de abeto, un Abies, es conocido como “La Perona”, porque se dice que fue plantado por Eva Perón en 1947, y tiene 25 metros de alto. Al final del Paseo de los Leones está el llamado “Eucalipto del Amor”, de 40 metros y más de cien años, está rodeado por un banco de madera y tiene unas espectaculares vistas de la catedral.
Guarda también un par de horas para visitar la plaza de Abastos donde se ven y venden los mejores y más frescos productos típicos. Recorre las rúas de la Raíña y el Franco para darte un capricho al paladar regado con un buen vino. Y cuando pasees por el casco antiguo, no dejes de mirar sus tejados, para descubrir las preciosas gárgolas y caras que observan desde arriba.”