Siguiendo la carretera N-632, con algunos rodeos cortos, se llega a un mojón que señala a la izquierda el Camino del Norte y de frente hacia Val.louta/Ballota. Se recomienda continuar de frente, ya que la ruta histórica tiene tramos de difícil realización que son peligrosos, con partes desaparecidas e incluso impracticables en caso de que el tiempo no acompañe.
LEER MÁSContinuando recto se llega a Nuviana/Novellana y a Castañeras, donde se puede salir del Camino y acercarse a disfrutar de las vistas próximas a la playa del Silencio. Los siguientes puntos en el Camino son Santa Marina y Vallouta/Ballota, a los que muchos peregrinos prefieren llegar por la carretera nacional.
Partiendo de Val.louta/Ballota, a 1 kilómetro se toma el desvío en descenso por una pista forestal que cruza un arroyo y circula entre la vegetación hasta Tablizu. De ahí a Ribón está acondicionada una pista de tierra que va paralela a la costa, ofreciendo un excelente paisaje. A su salida, quedan poco más de 3 kilómetros para llegar a Cadavéu/Cadavedo. La ermita de Regalina está situada a 1 kilómetro y medio del pueblo y los que decidan caminar un poco más hasta ella podrán gozar del mirador Picu´l Cuernu/Punta del Cuerno situado sobre los acantilados y de las vistas de las playas de Cadavéu/Cadavedo, también denominada Ribeirona y Ribón.
También en Cadavéu/Cadavedo se encuentran varias casonas de indianos como la de Villa Hilda que se cree es una réplica de una casa de El Vedado en Cuba o la de Casa Roja, que debe su nombre al color de su fachada.
Y ya saliendo de Cadavéu/Cadavedo la Torre de Villademoros, una torre de la Baja Edad Media, ejemplo de arquitectura defensiva.
Consejos del Cartero
Qué ver y hacer en Cadavedo
“En Cadavéu/Cadavedo que fue un centro ballenero en época medieval hay que visitar su hermosa playa en forma de concha. En agosto se celebra la Romería de la Regalina, fiesta al aire libre que se celebra en un campo situado a la vera de la ermita, en el campo de La Garita.
De origen medieval y en honor a la Virgen de Regla y que se sigue celebrando fomentada por los propios peregrinos, la fiesta comienza con una comida campestre donde no faltan los “bollos preñaos” (unos deliciosos bollos de pan rellenos de chorizo)”.