Los valores del Camino en 12 meses
El 23 de octubre de 1987, el Consejo de Europa declaró el Camino de Santiago como primer Itinerario Cultural Europeo. Este distintivo, que actualmente reconoce a un total de 32 rutas, animaba a la recuperación y puesta en valor del Camino, ejemplo de europeidad y un privilegiado espacio de encuentro.
Treinta años después, desde El Camino con Correos analizamos cómo ha evolucionado esta ruta milenaria con José Antonio Ortiz, director de la revista Peregrino, puesta en marcha ese mismo año por la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago con el objetivo de retratar la realidad de la peregrinación jacobea.
Imagen del acto de la declaración del Camino como primer Itinerario Cultural Europeo. Fuente: Xacopedia.
La plaza del Obradoiro y la Catedral de Santiago fueron los escenarios elegidos para proclamar el 23 de octubre de 1987 el Camino de Santiago como primer Itinerario Cultural Europeo. El entonces secretario general del Consejo de Europa, Marcelino Oreja, fue el encargado de leer la Declaración de Santiago de Compostela en una ceremonia que alcanzó una gran proyección internacional.
La dimensión religiosa, la cultural y la europea centran un texto que reconoce el carácter altamente simbólico del Camino en el proceso de construcción de Europa. “Que la fe que animó a los peregrinos en el curso de la historia y que los reunió en un anhelo común, más allá de las diferencias y los intereses nacionales, nos anime también a nosotros en esta época, y particularmente a los más jóvenes, a recorrer estos caminos para construir una sociedad fundada en la tolerancia, el respeto a los demás, la libertad y la solidaridad”, concluye la Declaración de Santiago de Compostela.
El Consejo de Europa estableció, además, la necesidad de revitalizar el Camino de Santiago a través de seis acciones: identificar los Caminos de Santiago en Europa, señalizar los principales itinerarios mediante un emblema común, restaurar y poner en valor el patrimonio cultural y natural, fomentar la cultura y la investigación de la historia jacobea, favorecer el intercambio permanente entre los territorios por los que pasa el Camino y promover la creación artística y cultural que difunda los valores de identidad común.
José Antonio Ortiz: “En estos treinta años se pasó de la nada al todo”
La declaración del Camino de Santiago como Itinerario Cultural Europeo fue decisivo para lograr un resurgir de esta ruta de peregrinación. “Se pasó de la nada al todo”, asegura José Antonio Ortiz, director de la revista Peregrino y gran conocedor del Camino de Santiago.
Su primera anécdota es muy ilustrativa al respecto. En la peregrinación realizada en el año 1986, José Antonio Ortiz llegó a Santiago un 14 de agosto, en la actualidad uno de los meses de mayor afluencia. “Cuando fui a sellar mi credencial a la Catedral nos comunicaron que ese día había récord de peregrinos. Habíamos finalizado el Camino un total 20 personas”, nos explica.
Y es que en aquella época no había un conocimiento masivo del Camino. Aunque sí un caldo de cultivo que propició su despegue. Personas como el propio Ortiz que, sin saber por qué, habían tenido conciencia del Camino desde siempre. O, cómo no, figuras como Elías Valiña y sus esfuerzos por señalizar la Ruta y promover la creación de asociaciones en las que trabajar por la recuperación del Camino y de la peregrinación. “La propia declaración del Camino como Itinerario Cultural Europeo fue posible gracias a confluencia de hechos y personas”, asegura el director de la revista Peregrino.
Confluencia de hechos y personas
Tres acontecimientos son fundamentales para José Antonio Ortiz. En primer lugar, el discurso claramente europeísta pronunciado en 1982 por el Papa Juan Pablo II en Santiago de Compostela, ciudad donde clausuró su visita a España. “En aquella época muy pocos entendieron el sentido completo de aquel discurso. Pero claramente favoreció el auge del Camino”, apunta.
Por otro lado está el propio nacimiento del Consejo de Europa y la necesidad de poner en marcha actividades o actuaciones simbólicas que le diesen contenido y dimensión al organismo.
La tercera pata de esta confluencia la encontramos en la petición que la Asociación de Amigos de los Pazos, presidida por aquel entonces por Juan Manuel López Chaves, trasladó una petición al Consejo de Europa para reconocer el papel del Camino de Santiago en la vertebración de Europa, siendo un buen ejemplo en la construcción de la identidad europea. “La casualidad quiso que, además, el presidente del Consejo de Europa fuese un español, Marcelino Oreja, posibilitando así que la declaración fuese una realidad”, admite Ortiz.
El director de la revista Peregrino reconoce que la Declaración de Santiago de Compostela fue una mera recomendación, sin carga material. De hecho, los actos tuvieron lugar en el Obradoiro y en el Catedral pero no se hizo un tramo del Camino, ni una pequeña peregrinación a Santiago.
Camino y Hospitalidad
A pesar de todo, este reconocimiento sí contribuyó a un nuevo auge del Camino de Santiago. Y no solo a nivel de afluencia. De hecho, si echamos la vista atrás, Ortiz destaca dos grandes cambios a lo largo de estas tres décadas. Por una parte, la recuperación de los propios Caminos. “Hace años había conciencia de peregrino pero no había una ruta. Tú ibas por donde podías”, asegura Ortiz para quien muchos Caminos, a pesar de recuperación reciente, hacen definitivamente más fácil la peregrinación.
Y por otra, la hospitalidad. “Sin albergues, sin hospitaleros, el Camino es impensable. Son tan necesarios como una estación de servicio en una autopista: para repostar y cargarte de energía. La hospitalidad es lo que facilita que ser peregrino se pueda llevar a la práctica”.
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