Cultura y tradiciones del Camino
Los sabores del Camino de Santiago son interminables. Y sus platos típicos también. Tras la primera entrega de recetas para saborear las Rutas Jacobeas desde casa, volvemos con cuatro sencillas recetas con las que transportarnos directamente al Camino.
Pulpo a la gallega, sopa de ajo, fabada asturiana y la fórmula de la queimada son las cuatro propuestas para el menú de hoy. ¿Qué os parece? ¿Os animáis a llevar el Camino de Santiago a vuestro paladar?
Pulpo a la gallega
Hay pocos platos más típicos de Galicia que el pulpo “á feira”, el auténtico nombre de esta receta. Parece ser que el origen de este plato tan típico de la gastronomía gallega es, en realidad, maragato. Los arrieros leoneses que viajaban a Galicia conseguían casi regalado el pulpo seco que los gallegos no comían y lo aderezaban con el pimentón y el aceite extremeños con los que comerciaban. Al verlo en Galicia, se hicieron con la receta y lo popularizaron hasta convertirlo en su buque insignia.
Uno de los lugares más concurridos a lo largo del Camino para probar este sabroso manjar es Melide. Allí se cruzan los peregrinos que hacen el Camino Francés con los que hacen el Primitivo y se sientan a tomar una ración, antes de llegar a Santiago de Compostela.
La receta es sencilla, pero no fácil. ¡Vamos allá!
- Ponemos el pulpo a cocer en una olla grande y alta con abundante agua.
- Cuando el agua esté bien caliente, sacamos e introducimos el pulpo de la olla tres o cuatro veces para “asustarlo”.
- Lo dejamos cocer unos 30 minutos.
- Cortamos el pulpo y lo servimos en un plato de madera, espolvoreamos con pimentón (dulce o picante) y sal gruesa y le añadimos un chorrito de aceite de oliva. Se puede servir acompañado de patata cocida o cachelos (patata cocida con piel).
Sopa de ajo
Un plato de cuchara muy típico del Camino de Santiago es la sopa de ajo, que se elabora sobre todo en Castilla y León. Se trata de una receta tan sencilla como sabrosa. Cinco son sus ingredientes principales: agua o caldo, aceite, pan duro, ajo y pimentón. En algunas variantes también se le añade un huevo escalfado.
La sopa de ajo es un plato humilde y muy frecuente desde la antigüedad. En la España rural era muy típico tomar la sopa de ajo un par de horas después del café de desayuno para mantener las fuerzas y seguir trabajando en el campo. En algunas localidades es un alimento muy asociado a la Semana Santa como por ejemplo en Zamora.
Aquí os dejamos los pasos para cocinar una buena sopa de ajo:
- Pela los ajos, lamínalos y dóralos con aceite de oliva en una olla durante 2 o 3 minutos.
- Añade las rodajas de pan y dóralas durante otros 3 minutos.
- Echa el pimentón y el caldo o agua a la olla. Deja que se cueza a fuego lento unos 15 minutos.
- Sirve la sopa bien caliente. Si te gusta con huevo, solo tienes que cascar uno o dos (a gusto del comensal) en la sopa y los huevos se irán haciendo gracias al calor.
Fabada
Los peregrinos que recorrieron el Camino Primitivo o el del Norte y pasaron por Asturias saben que no hay mejor plato que la fabada. De origen humilde e ingredientes sencillos, la fabada pudo consumirse ya desde el siglo XVI, aunque no sería hasta el XIX en el que tenemos constancia escrita, popularizando uno de los alimentos más típicos de la región: las fabes (alubias blancas).
Los ingredientes básicos de la fabada son, claramente, las fabes. Estas legumbres suelen ir acompañadas de embutidos, como chorizo o morcilla asturiana, además de otras carnes de cerdo como lacón y tocino. La fabada debe cocinarse a fuego lento, como se hacen los platos con amor, y debe servirse caliente, convirtiéndose en un gran reconstituyente tras una larga o dura etapa del Camino.
Receta de la fabada asturiana:
- Ponemos las habas en remojo unas 12 horas y el jamón o tocino a desalar.
- Escurrimos las habas y las ponemos a cocer en una olla o cazuela de barro con dos o tres dedos de agua. Cuando hierva, le quitamos la espuma y “espantamos”, las habas. Es decir, le añadimos 150ml de agua fría para mejorar su cocción.
- Añadimos el jamón, lacón o tocino, así como morcilla o chorizo y eliminamos la espuma que suelte su cocción.
- Volvemos a “espantar” las habas, añadimos el pimentón y 2 cucharadas de aceite de oliva y dejamos cocer a fuego lento. El tiempo total ronda las 3 horas.
Queimada
Para asentar todo este menú, os proponemos acabar este banquete jacobeo con un buen trago de queimada. A esta bebida alcohólica se le atribuyen facultades curativas, además de mantener alejado de quien la bebe a los malos espíritus.
Aunque la tradición le otorga orígenes celtas, es muy probable que la queimada comenzase a beberse en Galicia a partir de la Edad Media. Sus ingredientes principales son: aguardiente y azúcar, a los que suele añadirse corteza de naranja o limón.
Para esto la queimada no hay receta, solo unos sencillos pasos:
1. En un recipiente de barro cocido se vierte el aguardiente, el azúcar y la ralladura de limón. También se le suele añadir unos granos de café.
2. Se remueve intentando no tocar el azúcar del fondo y se planta fuego en el recipiente y en un cucharón en el que previamente echamos un poco de aguardiante.
3. Se deja arder unos 15 minutos, cogiendo cucharones con bastante azúcar y acercándolo a las llamas para que se vaya quemando. Con las repeticiones, el azúcar se irá caramelizando dando un color tostado a la queimada.
Tan importante como los ingredientes es el conjuro: el ritual de preparación dirigido a alejar a las “meigas”. El conjuro o “esconxuro” fue inventado en Vigo en 1967 por Mariano Marcos Abalo y dice así:
Esperamos que este menú jacobeo os haya gustado tanto como a nosotros. Como siempre, si os ha gustado, no dudéis en compartir. Y si ponéis en práctica alguna de estas recetas contadnos qué tal la experiencia en los comentarios del blog o en nuestras redes sociales: Facebook, Instagram o Twitter. ¡Buen Camino y qué aproveche"
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