Hospitaleros sin fronteras: solidaridad en el Camino de Santiago

José Mejías llegó al Camino de Santiago hace casi dos décadas como peregrino. La experiencia lo transformó y lo llevó a dejar su Cataluña natal para dedicarse en cuerpo y alma a devolver parte de lo que el Camino le dio convirtiéndose en hospitalero en el albergue A Pedra, de Sarria. Tras un viaje a Senegal con su mujer Marta Cortiñas decidió llevar hasta allí parte del espíritu de ayuda que compartía cada día con los miles de peregrinos llegados desde todos los puntos del planeta.

Y fue así como hace cuatro años pusieron en marcha la ONG Hospitaleros sin fronteras, con la que buscan mejorar la situación de pobreza y exclusión social de los niños talibés y sus familias.

“En un viaje a Senegal descubrimos la situación en la que se encontraban miles de niños. De entre 4 y 14 años, estos pequeños son abandonados por sus padres ante la falta de recursos y entregados a Marabús, maestros de las escuelas coránicas, que además de obligarlos a mendigar los someten a duros maltratos físicos y psicológicos”, explica José. Para intentar paliar esta situación, la ONG recauda fondos y reúne material médico y escolar que dos veces al año llevan en persona varios voluntarios.

Para esta tarea, la ONG cuenta con la colaboración desinteresada de los establecimientos que forman parte de la Red de Albergues del Camino de Santiago. “Los alojamientos de la Red ayudan a dar a conocer el proyecto entre empresas locales y peregrinos. Muchos colaboran colocando huchas en sus locales, vendiendo camisetas o recogiendo ropa y material educativo y sanitario”, nos explica José.

La implicación también es personal. En el próximo viaje serán doce las personas que se desplacen hasta la zona de M’Bour para mejorar la alimentación y educación de unos 50.000 niños que se encuentran en esta situación. Todos los integrantes del grupo son hospitaleros del Camino de Santiago, que viajarán acompañados de dos peregrinos que este año hicieron la Ruta y se enamoraron del proyecto.

“Toda ayuda es poca. El tiempo que estamos allí nos ocupamos de darle de comer y comprarle provisiones para los siguientes meses. Desde el año pasado contamos, además, con un pequeño colegio en el que, de mano de voluntarios, los niños están aprendiendo español”, nos cuenta José.

Para este año, tienen un nuevo reto: conseguir recursos para que dispongan de atención médica una vez a la semana. “En el próximo viaje queremos llevar varios botiquines de primeros auxilios con el fin de entregarlos en un mercado o colegio. Allí no tienen muchos medios e ir a la farmacia o al médico les resulta muy caro. Para algunos es inaccesible. Y con esta ayuda les facilitamos poder curar un corte o pequeñas incidencias médicas”, añade.

 

José Mejías: "La gente del Camino de Santiago que conoce el proyecto te da mucha energía y te ayuda a seguir adelante".

Desde el Camino con Correos hemos querido aportar también nuestro granito de arena, con libretas y bolígrafos, que serán repartidos en las diferentes escuelas de barrio y librerías de la zona, y gorras con las que llevar hasta Senegal nuestro espíritu de ayuda y colaboración en el Camino.

Los peregrinos que pasen por alguno de los albergues colaboradores de la ONG también podrán dejar en ellos los productos que deseen –preferentemente material escolar, primeros auxilios, material sanitario en general y tecnología- o hacer un donativo económico, bien a través de las huchas, haciendo un ingreso en la cuenta de la ONG o través de la web.

Para este hospitalero solidario, la respuesta de la gente está siendo estupenda. Su sorpresa fue mayúscula cuando empezó a recibir paquetes de peregrinos que habían pasado por el albergue y, al llegar a casa, decidieron sumarse a la iniciativa y ayudar.

De hecho, José anima a toda la gente que le apetezca aportar su grano de arena a la causa a hacer un envío a la siguiente dirección: C/ Vigo de Sarria, nº 19, Sarria. C.P. 27600 (Lugo). Eso sí, es importante que no se trate de paquetes muy pesados, ya que en la entrada al país africano solo le permiten pasar 120 kilos.

La de Hospitaleros sin fronteras es una de las muchas historias de solidaridad existentes en el Camino. Una demostración de que los valores jacobeos no se quedan únicamente en la Ruta y que los sentimientos de fraternidad y ayuda traspasan fronteras. Esperemos que os haya resultado interesante la iniciativa de José y os animamos a compartir con nosotros otros proyectos solidarios que conozcáis en el Camino de Santiago.