Consejos para hacer el Camino
¿Cuál es el mayor enemigo de los peregrinos? Ni la lluvia, ni el sol, ni el cansancio, ni los ronquidos. Son las temidas ampollas y otras lesiones derivadas de un mal cuidado de los pies. Para llegar a Santiago de Compostela con el mínimo de achaques posibles (porque tener alguno es sencillamente inevitable) aquí te dejamos unos consejos para cuidar tus pies y evitar males mayores.
¡No te olvides de mimarlos! Recuerda que son los que paso a paso te llevará hasta Compostela.
1. Camina a tu ritmo y ve con tiempo de sobra
Puede que en alguna etapa tengas que pisar el acelerador o caminar algo más de lo que tenías previsto. Pero que esto no se convierta en una norma en tu Camino. Si vas con prisas o forzando el cuerpo, lo vas a notar primero en los pies. Dejando un par de días de margen, podrás adaptar las etapas si te hace falta un descanso para curar ampollas o heridas y lesiones.
2. Camina con tu mochila antes de venir
Para saber exactamente si tu mochila y su peso son los adecuados para hacer el Camino de Santiago, la única opción es llenarla y entrenar con ella puesta. Tienes que estar seguro de que vas a poder con la mochila durante todos los kilómetros que te hayas marcado por etapa. Recuerda que las etapas son abiertas, tú marcas cuánto quieres caminar.
Te recomendamos que leas nuestro artículo sobre la mochila para el Camino. En general, se recomienda que el macuto no pese más del 10% de lo que pesas tú. En cuanto a la capacidad, las más utilizadas son las de 35-40 litros. Si no te cabe todo o durante la ruta empiezan a sobrarte cosas, siempre puedes recurrir al PaqMochila para moverlas de etapa en etapa o al PaqPeregrino para enviar directamente a Santiago lo que no quieras llevar encima.
3. Calzado para el Camino: gástalo antes
Con el calzado para caminar pasa una cosa extraña: cuanto más nuevo, peor. Si estrenas botas en el Camino, tómate un tiempo antes para 'domarlas': vete a andar con ellas siempre que puedas, sin forzar, y poco a poco se irán amoldando a la forma de tu pie y a tu tipo de pisada.
¿Qué tipo de bota o zapatilla es mejor para el Camino de Santiago? Bueno, todos las rutas son diferentes y cada peregrino tiene sus preferencias. Eso sí, gracias a la evolución en el calzado deportivo y de montaña, las opciones ahora son mucho más variadas. Actualmente ganan las zapatillas de trekking y las botas de trekking, un híbrido entre la bota de montaña, muy resistente pero cerrada y pesada, y las zapatillas de deporte de toda la vida, demasiado blandas para una caminata de varios días.
La época del año es importante: para primavera y verano, busca uno que te proteja el pie pero que transpire bien. En otoño e invierno, elige algo más sólido y cerrado: la prioridad es evitar que te entre la lluvia y la humedad del exterior. En todo caso, es buena idea llevar también zapatillas deportivas, y después os contamos por qué.
4. Calcetines
¡Importantísimos! Los calcetines son la primera protección de tus pies, así que no te la juegues y hazte con unos cuantos pares de buena calidad.
Mejor que sean un poco gruesos, sobre todo por la planta, para acolchar la pisada; y sin costuras, para evitar irregularidades en el tejido que puedan rozarte y acabar causando ampollas. ¡Incluso hay peregrinos que usan dos pares a la vez para mayor protección! Junto con el calzado, los calcetines también se han hecho más sofisticados y ahora existen modelos especiales para cada deporte, también para senderismo.
Llévate unos cuantos pares, sobre todo si empiezas el Camino de Santiago desde lejos: si los primeros se desgastan o se rompen, tendrás repuesto. También para evitar tener los pies mojados de sudor o por la lluvia.
Los calcetines, cuanto más secos mejor. Evita el exceso de sudoración y mantén los pies secos. La humedad reblandece la piel, como cuando estamos mucho tiempo en la piscina, y la hace más sensible al calor y a la fricción del calzado, con el resultado que ya sabes: favorecemos la aparición de ampollas. ¡Que no te dé pereza cambiarlos a mitad de etapa o cuando lo veas necesario!
5. Un calzado para cada tipo de terreno
Durante el Camino de Santiago encontrarás todo tipo de terrenos: pista forestal, carreteras comarcales, pequeños senderos rodeados de vegetación, monte puro y duro, pedregales, lluvia y barro, nieve en invierno... y cada uno pide un calzado. Uno de los grandes errores de los peregrinos es no tener un calzado adecuado para cada tipo de terreno.
La regla general es: calzado duro tipo bota para terreno 'natural' (caminos de tierra, hierba, carreteras sin asfaltar...) y calzado blando para el asfalto, un material que acumula mucho calor. Cambiando a zapatillas de deporte o un calzado de suela blanda, evitarás que los pies se 'recuezan' en esas jornadas por carretera. Aunque sea sólo un tramo de pocos kilómetros, haz el cambio. Unos pocos hoy, otros pocos mañana y otros pasado ya son unos cuantos y la posibilidad de rozaduras y ampollas aumenta
6. Mima tus pies entre las etapas
Más vale prevenir que curar. Una vez que las rozaduras y las ampollas aparecen, seguramente te persigan todo el Camino. Lleva un botiquín básico siempre contigo: tiritas, alcohol o cualquier otro agente desinfectante, aguja e hilo quirúrgico, betadine, esparadrapo, vendas, ibuprofeno... para atender tú mismo las primeras molestias que notes, que por lo general serán rozaduras.
Durante la etapa, descálzate siempre que hagas un descanso. Aprovecha para limpiarte los pies, sécalos bien, revisa posibles rozaduras y cámbiate de calcetines si están muy húmedos. Al llegar al final, aparca las botas y ponte chanclas o sandalias. Tus pies llevan encerrados todo el día: ¡deja que respiren! También es aconsejable lavarlos con agua caliente.
Una correcta hidratación también ayudará a mantener sanos tus pies. Así que untarlos con crema hidratante y bálsamos relajantes para pies también ayudan. Estás cansado pero que no te dé pereza: ¡hidrata tus pies!
Para completar toda esta información, os dejamos las recomendaciones que acaban de publicar desde el Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía para cuidar tus pies antes, durante y después del Camino. Y también estos sabios consejos que ofrecen desde Mundiplus.
Y tú, ¿cómo cuidas tus pies durante el Camino? ¡Comparte este artículo y cuéntanos tus trucos! ¡Buen Camino!
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