Cultura y tradiciones del Camino
La Catedral de Burgos es una de las joyas del Camino de Santiago. Erigido en el monumento más sobresaliente del gótico español, fue el primer templo del país declarado Patrimonio de la Humanidad y en su interior acoge obras de grandes artistas de todo los tiempos.
En este 2021, la Catedral de Burgos se viste con sus mejores galas para celebrar sus ocho siglos de vida. Ochocientos años desde que en 1221 el obispo Mauricio colocó la primera piedra y que se celebran con un completo programa de actividades que podéis consultar en la página de la Fundación 800 años de la Catedral de Burgos.
Desde Correos también nos sumamos a esta efeméride con la emisión el 20 de julio de un sello octogonal que ofrece una vista desde el suelo de su popular cimborrio, elemento arquitectónico en forma de torre erigido sobre el crucero de su iglesia. El sello formará parte de la serie ‘Efemérides’ y se emitirán 140.000 unidades. Lo puedes conseguir en nuestra tienda online.
Aprovechando este octavo centenario, os invitamos a viajar con nosotros por la historia de este templo y su riqueza artística y patrimonial.
La Catedral de Burgos que todos conocemos es la primera catedral gótica de la Península, pero no la primera. El templo actual se levantó sobre la catedral románica, levantada entre 1080 y 1095 en el espacio que había ocupado el palacio de los Reyes de Castilla.
La modernización de la ciudad y su crecimiento económico, unido al auge del Camino de Santiago, provocó la necesidad de levantar una catedral acorde al rango que ostentaba Burgos, capital del reino castellano-leonés.
De la mano del obispo Mauricio y la financiación del rey Fernando, el 21 de julio de 1221 se puso la primera piedra de este nuevo templo. La nueva catedral se levantó con maestros franceses, dando lugar a la primera catedral gótica de la Península, que serviría de modelo a las siguientes construcciones.
Tras 40 años de obras, el resultado fue una espectacular construcción de planta basilical en forma de cruz latina cuyo interior filtraba la luz a través de sus bellas vidrieras.
Su altura y grandiosidad estaba concebida para ser vista desde la lejanía por encima del resto de las construcciones. No obstante, no fue hasta el siglo XV cuando aparecieron los elementos más característicos: las agujas caladas y el primer cimborrio.
Durante los siglos XVII y XVIII se edificaron nuevas capillas de estilo barroco. Ya en la guerra de la Independencia, la catedral fue expoliada por las tropas francesas, y años más tarde, el edificio cayó en cierto abandono.
Su recuperación vendría a partir de 1885, cuando fue declarado Monumento Nacional. El reconocimiento mayor llegaría en 1984, cuando fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Diez visitas imprescindibles en la Catedral de Burgos
El peregrino que llega hoy en día a Burgos tiene en la Catedral una visita obligada. Muchas son las joyas que alberga el templo pero aquí te dejamos una guía de diez cosas que no te debes perder en la Catedral de Burgos:
- Estatua del peregrino. Antes de entrar en la Catedral de Burgos debes hacer un alto en la plaza de Rey San Fernando y sentarse junto a la estatua del peregrino. Es uno de los símbolos del Camino de Santiago y recuerda que por aquí ya pasaban los caminantes en el siglo XIII, tras acceder a la ciudad por la puerta de San Juan, situada en la antigua muralla.
- Portada del Sarmental o Puerta Sacramental. La Catedral de Burgos cuenta con cuatro entradas, de las que ésta es la más antigua. El peregrino accederá a la Catedral a través de esta puerta, no sin antes contemplar uno de los mejores conjuntos escultóricos del gótico del siglo XIII en España.
- Capilla de los Condestables. Del siglo XV, es una de las joyas que guarda la Catedral de Burgos. Levantada como capilla funeraria, en la que se dio entierro al condestable Pedro Fernández de Velasco y a su esposa Mencía de Mendoza, alberga varios tesoros como su bóveda estrellada o el cuadro de María Magdalena pintado por Leonardo Da Vinci.
- Otras capillas. El templo burgalés alberga un total de 19 capillas. No todas son tan espectaculares como la de los Condestables pero merecen la pena una visita. Especialmente la de Santa Ana (siglo XV), la de la Presentación (que cuenta con una bellísima bóveda estrellada) y la de Santa Tecla (de estilo churrigueresco).
- La escalera dorada. Al fondo de la nave del crucero no os perdáis la espectacular escalera dorada que comunica la Catedral con la calle de Fernán González. Su autor fue Diego de Siloé, que levantó esta escalera al más puro estilo renacentista. Se dice que esta obra maestra sirvió de inspiración a la Ópera Garnier de País, construida tres siglos más tarde.
- Coro. Otra joya de la Catedral de Burgos es su coro, realizado en madera de nogal. Consta de 103 sitiales y se encuentra ubicado en medio de la nave principal, a diferencia de las catedrales góticas francesas.
- El cimborrio. Alzar la vista es fundamental en el interior de la Catedral de Burgos. Sobre todo para contemplar su cimborrio, una de las creaciones más espectaculares del siglo XVI en España. Debéis saber que no es el original, levantado por Juan de Colonia, que se hundió en 1539.
- La tumba del Cid. La Catedral de Burgos también está llena de historia y leyenda. Y muestra de ello es la tumba que se encuentra bajo el cimborrio y que acoge los restos de uno de los personajes históricos más famosos de nuestra literatura: el Cid Campeador.
- Las vidrieras. No son tan numerosas como las de la Catedral de León pero cuentan con una belleza única. Destaca el rosetón de seis metros de diámetro sobre la puerta Sacramental, donde se conserva el único vitral original.
- El Papamoscas. Pero en el templo burgalés hay un personaje más conocido que el Cid. Hablamos del Papamoscas, un autómata que se encarga de dar las horas. A su lado encontraremos al Martinillo, que gracias a sus dos campanas se encarga de dar los cuartos.
La Catedral de Burgos abre actualmente de martes a domingo, con horarios que varían según el día y que podéis consultar aquí. El aforo máximo es de 350 personas y las visitas guiadas tienen lugar en grupos de un máximo de 6 personas.
La entrada general cuesta 7 euros pero los peregrinos (hay que acreditarlo con la Credencial) pueden entrar pagando 4,5 euros.
La entrada gratuita a la Catedral de Burgos ahora en verano es el martes por la tarde de 17:00 a 18:30 horas (en invierno es de 16:30 a 18:00 horas).
*La imagen que ilustra este artículo es autoría de Miriam Escuín.
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